jueves, 30 de junio de 2016

Los grandes morosos deben a Hacienda el doble de los recortes que exige Bruselas

La deuda conjunta de los grandes deudores con las arcas públicas alcanza los 15.700 millones de euros, según la segunda lista de Montoro.
Consulta aquí la lista de morosos de Hacienda

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Cristónal Montoro, ministro de Hacienda n funciones
Cristónal Montoro, ministro de Hacienda n funciones
/ • 11:43 

El Ministerio de Hacienda ha publicado hoy la segunda lista de deudores con el fisco y el importe global de la deuda ha crecido un 0,7% respecto a los datos del semestre anterior. La deuda supera los 15.700 millones de euros y la cifra total de morosos alcanza los 4.768. Los deudores, aquellas personas físicas o jurídicas que deben más de un millón de euros a la cartera de Cristóbal Montoro, se han reducido un 1,8%, a pesar de que haya crecido la deuda conjunta.

Entre los grandes morosos de este segundo registro destaca Sacyr, con una deuda de más de 116 millones de euros con el fisco. Sin embargo, la constructora asegura que no tiene deuda alguna con Hacienda, dado que el importe con el que aparece en el registro de morosos corresponde al impuesto por la venta de la filial de patrimonio Testa, una operación que está exenta de tributación, tal como posteriormente reconoció el Ministerio.

La compañía atribuye su aparición en el listado a que la operación se realizó justo en el momento en que Hacienda aún no había reconocido que la desinversión no tenía que tributar.

Más novedades entre los que no pagan correctamente sus impuestos: Enel Green Power debe más de 11 millones de euros. Le acompañan la Comunidad de Murcia, la Radiotelevisión Valenciana, el futbolista Dani Alves y la inmobiliaria en concurso de acreedores Grupo Tremón. La región de Murcia debe más de 22 millones de euros al fisco, pero además el Servicio Murciano de Salud, dependiente de la Consejería de Sanidad de la región gobernada por el PP, adeuda otros 26 millones de euros a las arcas públicas.

En el apartado de clubes de fútbol, el exjugador del Barcelona Dani Alves tiene una deuda con Hacienda de 1,3 millones de euros y también figuran varios equipos de baloncesto, como el Estudiantes, que debe 1, 7 millones, o el Club Basquet Girona, que adeuda 10,1 millones de euros. También el Real Murcia con 10 millones, el Recreativo de Huelva con 13 y el Racing de Santander, con 9,7 millones de euros en el saldo negativo con Hacienda.

También repite en la lista el grupo Cantoblanco, del expresidente de la Cámara de Comercio de Madrid Arturo Fernández, que debe 3,3 millones de euro y Mario Conde. El exbanquero se mantiene en el registro con la misma cantidad en negativo con Montoro, 9,9 millones de euros. El mayor deudor de toda la lista es Reyal Urbis, que adeuda 368 millones de euros a las arcas públicas.

Los grandes impagos fiscales suman 15.700 millones de euros, prácticamente el doble de la cifra calculada por Bruselas sobre los recortes que tendrá que hacer el próximo Ejecutivo español. La Comisión Europea prevé pedir un ajuste fiscal de más de 8.000 euros entre 2016 y 2017, además de una posible multa, aún en el aire, de unos 2.000 millones por el incumplimiento del objetivo de déficit por parte del Gobierno de Rajoy.

La primera lista de morosos se publicó el pasado 23 de diciembre y, en aquel momento, figuraban en la misma los deudores de más de un millón de euros a 31 de julio de 2015. Según informa Hacienda, 333 contribuyentes de aquellos 4.855 que figuraban en la primera relación han solventado su déficit y han salido de la lista. Un caso especial es el de los tres hermanos Areces Galán, herederos del fundador de El Corte Inglés, que habían regularizado su situación fiscal y el propio Ministerio de Hacienda reconoció su error. También salen del elenco las cotizadas Pescanova y Grupo Secuoya.

Pepe Gotera y Ministro, chapuzas en los comicios

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Trilorirorí, trilorirorí", ¿Hallow! is the minister-leaks?, ¿Mande? "Ya veo que sí, que es usted mismito, don Fernández Díaz. Nada,que soy Ppeppe Gotera, el de la empresa contadora de votos etéricos e inmateriales. Es solo para confirmar la hora del asalto mediático y acordar la cifra, más que nada para ir adelantando la cosa y que la llegada del cómputo real de los votos no nos pille desprevenidos y el invento quede in falling-off. "Uy, qué va, Ppeppe, no padezcas, que lo tengo todo controladísimo, no sé si conoces mi competencia más que demostrada en estas lides de la controlitis compulsiva, pero si no se me escapó una controlando Cataluña con el colega antifraude, que ya es rizar el rizo de la eficacia, y con lo bordes y picajosos que son los catalufos independentistas para esos asuntos, imagínate con el resto de pardalería patria, que comen de mi mano...que se lo tragan todo tal cual. Vamos, que esto es pan comido. Según lo acordado, ya sabes lo que hay que hacer; a eso de las nueve, cuando la peña esté a punto de cenar y entretenida con quitar las raspas de los salmonetes o de las sardinas, o mojando el pan en la yema del huevo frito con panceta, -según el nivel adquisitivo de los cenantes, claro está, que siempre hay clases-; por los que ya no les alcanza más allá de la despensa del contenedor no hay que preocuparse, porque no tienen tele, ni luz ni casa, esos no cuentan ni se enteran de nada, entretenidos con el vacío de estómago y en callar a los niños que les piden comida, ni se coscan. Como  pasa con los votos de los emigrantes, que son un coñazo a la hora de contarlos y mejor que se pierdan para ahorrar tiempo, que el tiempo es un tesoro... Tú ya sabes, que eso, que !zás!, que el notición impactante que llega inesperadamente con la cifra del triunfo. El factor sorpresa es tan importante como el momento elegido para sorprender. Normalmente no reaccionan nunca y se tragan divinamente lo que les contemos. Sobre todo ahora que con la repetición de elecciones todos están hartos y quieren resultados ya. Los que sean. Todo menos los nervios y la duda, la incertidumbre y el mosqueo de no tener gobierno que llevarse a los recortes. Ahora que ya se han acostumbrado a todo y hemos conseguido que la corrupción hasta tenga su gracia y su punto simpático y picarón" "Querrá decir picaresco ¿no?" "Pues no. Quiero decir lo que he dicho, picarón, campechanote e ingenioso, simpático como Marcelo, mi ángel retropropulsor." "Bueno, concretando, ¿va bien a las 21'00 en punto?", "Sí, pero no te estreses, que tampoco pasa nada si es a las 21'30, más que nada por acortar un poco la sensación de que tenemos prisa por cerrar capítulo antes que el recuento de votos", , "Eso está hecho, don Fernan. ¿Qué cifra de escaños ponemos como cantidad triunfante, le parece bien 150 escaños y ya redondeamos con la mayoría?" "No, hombre,no, eso cantaría demasiado" "Ya, pero si total, se ponga la cifra que se ponga da lo mismo, como los recuentos de votos ni se van a mirar...", "Sí, vale, pero debe ser algo más discreto. Si rebajamos mucho el número de los votos de la izquierda y subimos demasiado los nuestros, puede que eso acabe siendo un arma de dos filos como mis conversaciones con el amigo Alfonso. Mejor, una cifra discreta, mira, pongamos 137, que suma 11 y es mi número de la suerte, me lo dijo una noche de verano un vidente de la tele y desde entonces, pues oye, que juego a esa terminación en la lotería y que me toca, ya ves, la misma buena suerte que Fabra, ¿verdad?, es lo que tiene ser del pp: la buena suerte en todo lo que empprende. Porque emprender, la emprendemos con todo lo que pillamos. ¡Qué grandes somos, rediez!". "Ya lo creo, pero aligeremos que nos va a pillar el toro, don Jorge; a ver, la estrategia es dar la noticia, así, con discreción, sin alharacas, que parezca una cosa natural y no un accidente. Y además que la cifra como no va a cambiar a lo largo de la noche, si es poco llamativa, colará mejor, tiene usted razón. Ganar un poco en precario da más juego, que volver a a la mayoría, que sería muy descarado y que también mareará la perdiz con la imposibilidad de los pactos, lo cual puede desembocar en otras elecciones, donde ya, con todos los partidos agotados, desprestigiados y ninguneados, el pp acabará siendo la única opción disponible y sólida, la que sabe lo que sea hace, no como esa izquierda cantamañas y blandengue. Es una jugada digna de Napoleón." "Calle, calle, Gotera, que Napoleón acabó fatal, por tentar a la suerte con poquísima discreción. Si en vez de tanto rebombori publicitario se hubiese limitado a no salir de París, sentadito tranquilamente en su palacio, y a esperar que las cosas fuesen discurriendo por sí mismas, aún estaría gobernando Francia la familia Bonaparte. Pero ya ve usted, qué mal fario tuvo, por culpa de la precipitación del emperador, que era un correprisas y quería ganarlo todo en cuatro días. Y ya se sabe que si Zamora no se tomó en una hora, imagínese toda España...Así que nosotros, a la callanda, despacito y con buena cifra, pero sin pasarnos de rosca y que se descubra el pastel. 137 no es para tirar cohetes, pero sí para chafar lo suficiente cualquier intento de coalición antinosotros. Tenemos que dejar un punto de vulnerabilidad, de lastimita que nos permita mostrar buena voluntad para que C's y el Psoe  pierdan la fijación que tienen pillada con lo de la corrupción y por no desairar a esos votantes, que se han venido con nosotros decepcionados por ellos y sus vacilaciones y sus piques, tan típicos de la izquierda, cosa que en la derecha, gracias a dios, no pasa nunca. Por eso somos más fuertes y debemos ganar todo, pero, que venga de por sí, que no parezca que lo hemos arreglado de antemano." "A ver, que yo me aclare: damos la cifra a las 21'00y luego esperamos tranquilamente a que en teoría nos lleguen los resultados del escrutinio, sin dar muchas explicaciones ni mostrar variación alguna que nos afecte. Y a eso de las 12, como Cenicienta, damos la campanada y en vez de salir corriendo como ella, que al fin y al cabo era de izquierdas, salimos ganando, sin que se haya alterado la cifra inicial desde el pricipio"- "Bravo, Ppeppe Gotera, lo has captado a la perfección." "Ah, una cosa, ¿Y si la gente no pica y se da cuenta del cotarro y se pone a escarbar y a pedir explicaciones, mosqueada porque haya un resultado en las pantallas antes de que se recuenten los votos, se hagan las actas y se entreguen al ministerio de Justicia? ¿qué hacemos?". "Nada. ¿Qué vamos a hacer? Por mucho que reclamen, el cuerpo del delito, las papeletas y los sobres que son la única verdad, ya estarán hechos papilla en la basura. No hay escapatoria, ganaremos como sea. La victoria es nuestra, se pongan como se pongan." "Si algo me gusta de este trabajo es este tronío de la ppatronal,esta seguridad que va mandando sin miramientos y palante". "Gracias, Gotera, también a la gente como tú, sin la que no sería posible realizar estas gestas inconmensurables". "No se merecen, don Fernández". "Nada de modestia, que eso no va con nuestro talante y es cosa de pringaos, querido Ppeppe". "A mandar, mi ministro y siempre a sus órdenes!" "Y tú que lo veas y lo disfrutes, XD!"

Y desde Venezuela con ppasión y ppoderío, el pp en B, está que se sale



En el mundo hay 21,3 millones de refugiados. La mayoría son de Siria, Afganistán y Somalia.

Para la libertad Miguel Hernandez Joan manuel serrat

No todo es votar

Más allá de los rifirrafes y las rivalidades tóxicas de la política fatalmente entendida, hay muchas posibilidades para trabajar por el cambio. Son cientos de proyectos viables y de ideas realizables, para que la utopía de la tierra, como se denomina a sí misma la comunidad rural y autosuficiente de Marinaleda, se materialice en lo vida cotidiana. Estas iniciativas cuentan con una fuerza imprescindible: la energía individual de quienes deciden cooperar y liberarse liberando y mejorando su entorno sin causar mal a nadie. De pequeñas y trascendentes decisiones nacen los verdaderos cambios de la humanidad y de sus civilizaciones.
He ido colgando información y testimonios de estos éxitos, de orígenes diversos, que van permitiendo vivir, salir adelante y progresar en todos los sentidos, a tantas personas y a tantas familias, en medio de un mundo convulso y golpeado por la enfermedad de la avaricia, la ceguera del consumismo desquiciado y de la manipulación capitalista depredadora, partidaria de fomentar un crecimiento económico ilimitado e irracional en un Planeta con recursos limitados y cada vez más escasos y deteriorados. Un desbarajuste que sólo puede enmendar y equilibrar la conciencia despierta y el amor incondicional por la vida, la naturaleza y los seres vivos, por la humanidad; nuestra familia universal.

La Longuera reorienta su brújula


Casa principal de La Longuera, donde se distribuyen las casas, cocina, biblioteca, salas multiusos y otros espacios comunes. - Foto: Cedida 


La finca, ubicada en plena Sierra del Segura, fue icono en las décadas de los 80 y 90 de la convivencia en común, la no violencia y la producción de alimentos ecológicos. 

Desde la década de los 80, La Longuera (Elche de la Sierra-Letur) siempre ha sido referente del ecologismo, el pacifismo, la no violencia y el anticapitalismo, todo ello bajo el paraguas del desarrollo integral de la persona. Pero los tiempos y las cosas han cambiado, hasta en aquel grupo de jóvenes antisistema desencantados con la transición, que creían en lo colectivo y en un mundo mejor. Ahora, subrayando al pie de página aquellos ideales que les movieron a dejar sus casas, sus trabajos y empezar una nueva vida en comunidad, los genuinos miembros de la asociación Paz y Trabajo, propietaria de La Longuera, están trabajando en reorientar su brújula, reescribir su camino, su filosofía, y abundar en nuevos modelos que lleven al pueblo a conseguir su soberanía energética, alimentaria, social y económica, siempre con respeto al medio natural y llevando como única bandera la justicia social.

La historia de La Longuera se remonta a los años 80, cuando un grupo de amigos residentes en Murcia decidieron iniciar una convivencia común bajo un mismo techo. Apunto de cerrar una operación de compra en Villaverde de Guadalimar, encontraron La Longuera, una finca abandonada de más de 300 hectáreas que había sido ocupada años antes por un cura. El precio fue de 17 millones de pesetas. En aquellos tiempos y aún sin saberlo, los futuros inquilinos de La Longuera no lograron todo el montante e iniciaron lo que hoy se conocen como crowdfunding: buscaron mil amigos que aportaran 1.000 pesetas cada mes durante cinco. Al final lograron 2,5 millones de las antiguas rubias, consiguiendo posteriormente el resto por aportación particular.
A la firma de las escrituras fue cuando se constituyó la asociación Paz y Trabajo, titular desde entonces de este cortijo compuesto por dos fincas, una ubicada en Elche de la Sierra -que se conoce como La Longuera- y otra en Letur -Los Bancalicos-.

En paralelo a los trabajos que se llevaron a cabo para recuperar la casa y espacios comunes, los miembros de la comunidad de La Longuera -que no dejaron indiferente a nadie-, se dedicaron a buscar modelos de convivencia hasta que dieron con la comunidad de El Arca, dirigida por Lanza del Vasto, poeta y activista de la no violencia.

La estancia de este italiano en La Longuera y su muerte en este lugar en 1981 supuso un punto de inflexión para la comunidad, pues llegó a convertirse en un icono del pacifismo, la no violencia y el ecologismo, hasta tal punto de que esta fama les superó y les negó la posibilidad de caminar a un ritmo más lento hacia un modelo consensuado por todos los cohabitantes del cortijo.
En sus primeros 10 años, La Longuera llegó a contar con 27 personas viviendo en comunidad, más las que estaban en proceso de integración y las que pasaban por allí de visita.

Hoy son dos las familias que viven en esta finca, aunque todos los miembros de la asociación Paz y Trabajo está implicados, de una u otra forma, en la reconstrucción de la vida asociativa de La Longuera. Juan Segarra y Alfred Ferrís, junto con sus parejas, conviven en esta maravilla de la naturaleza. Admiten que en los últimos años ha habido poca actividad en La Longuera, apenas unos cursos de verano y un campamento con el que logran financiar los pocos gastos de mantenimiento e impuestos que genera la propiedad.
Están trabajando para actualizar «el sentido de lo colectivo» y para entender «por qué seguimos manteniendo esta finca».

Retos complejos. En su cuaderno de bitácora lleva tiempo señalado en rojo retos complejos, pero no imposibles, como el apoyo mutuo, el decrecimiento, la justicia social, el anticapitalismo, la huella ecológica, los grupos de consumo, la cooperativa integral, la moneda social... Recuerdan que después de que la transición no cubriera las expectativas de muchos ciudadanos españoles, La Longuera se convirtió en referente de la objeción de conciencia, de la no violencia, de la alternativa de una vida diferente y ajena al capitalismo y al consumismo exacerbado, de la ecología..., hoy en día términos y modelos más asentados en la sociedad y conocidos de una forma más popular. Ahora soplan otros vientos que nos traen nuevas inquietudes a las que hay que dar nuevas respuestas, sobre todo porque en la sociedad ya se están palpando los límites de modelos que se encuentran en un callejón sin salida, especialmente el energético y el alimentario. «Intuimos que hay cosas que deben orientarse de otra manera y habrá que ver hacia dónde», explica Juan Segarra.

En La Longuera no quieren ocultarse de las realidades actuales: un millón de niños que mueren de hambre, mil millones de personas que se encuentran bajo el umbral de la pobreza, la más que posible decadencia del petróleo, el deterioro social a nivel político y administrativo, problemas ambientales, en definitiva, «inquietudes y preocupaciones que tenemos que entender que están ocurriendo y a las que debemos dar respuestas». Segarra pone como ejemplo aquellas reivindicaciones añejas que realizaban las asociaciones ecologistas serias y que ahora cobran pleno sentido. Sin embargo, parece que la lección no se ha aprendido y todavía seguimos mirando hacia otro lado ante problemas tan evidentes como el agotamiento de la energía para lo que «no se toman medidas».

«Tenemos que sentarnos, posicionarnos y reflexionar; en los años 80 compramos esta finca y no lo hicimos para venir de vacaciones; tenemos que buscarle un sentido estratégico con modelos que den respuesta a todas las incógnitas y problemas que ya están ocurriendo hoy».  


 Imágenes de La Longuera,en el valle del Segura (Albacete)



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MARINALEDA 1 de 2-Sánchez Gordillo

Una ecoaldea ejemplar en Valdepiélagos

Desastre



Publicada 28/06/2016 (Infolibre)
     
Los resultados del 26-J sólo pueden definirse como una auténtica hecatombe, en consonancia con la corriente llamada liberal que siguen la práctica totalidad de los países de la UE, apuntalada por el populismo xenófobo de extrema derecha que crece como la espuma, y que taimado, desde el disimulo, aparece de vez en cuando como en ese voto del Brexit para crear barreras que eviten la contaminación del forastero.

Hoy se analizan los resultados como las cuentas de las empresas. Se estudian una vez más las diferentes estrategias llevadas por los partidos en campaña porque este juego, por encima de todo, va de ganar. Se establece la guerra de las marcas, creándose una perversión en la rivalidad, una lucha en la competencia que deja los intereses del ciudadano al margen.

La cara de los representantes de Unidos Podemos cuando salieron a la palestra evidenciaba, como luego ratificaron en su discurso, una gran decepción ante la imposibilidad de liderar el cambio inmediato que urgía en este país. No es de extrañar el batacazo moral porque los sondeos de forma unánime les daban muchos más escaños. El último del diario El País vaticinaba 93, es decir 22 escaños más de los que han obtenido. Se han debido quedar pasmados. También Ciudadanos han sido perdedores en esa noche, pero en este caso eran muchos los que pensaban que su pacto con el PSOE les iba a pasar factura y que algunos votantes se volverían a la marca matriz.

Por otro lado eran muchos los analistas que creían que al PSOE le iba a pasar factura su pacto con Ciudadanos, y así ha sido aunque no lo parece porque estas eran elecciones matrioska, o huevo Kinder, había un plebiscito dentro de un plebiscito. Se jugaban dos partidos a la vez en la misma cancha. De hecho, sus rostros al salir a atender a los militantes y a los medios de comunicación tras el recuento de votos, reflejaban una sensación de victoria que no se explica sino por su particular duelo con Unidos Podemos, del que han salido claros vencedores.

Paradójica alegría en las filas del PSOE mientras el resultado se presentaba escalofriante. Triste. Lo nuestro va bien, parecían querer decir con sus gestos los que rodeaban al líder. No nos van a hacer un ERE. A pesar de haber obtenido un resultado peor aún que el del 20-D, que a su vez era el peor desde 1977, bajando tanto en votos como en escaños, celebraban el triunfo de su pulso personal contra los que deberían ser sus aliados naturales que, de hecho, les proponen pactar una y otra vez, y a los que hacen oídos sordos. Salvar la marca parece ser su prioridad, que España se salva sola. Ya cosecharemos los restos que dejen los que nos preceden.

Tuvo Pedro Sánchez palabras de reconocimiento hacia Rajoy por su victoria y no desaprovechó para cargar de nuevo, también en esa noche, contra los que ha convertido, por desgracia para los más desfavorecidos, en su principal rival, que ya no es la derecha de este país, sino la que él considera su competencia directa: Unidos Podemos. A Pablo Iglesias, que le llamó, no se le pone. Dijo, sin embargo, que había hablado con Rajoy para felicitarle. O sea, que cobertura tenía. Pues nada, si esa es la cuestión habrá que felicitarles porque, en efecto, han ganado su pelea, que no es la nuestra. También ha ganado su pulso personal contra Susana Díaz ya que en Andalucía, donde gobiernan con el apoyo de Ciudadanos, han pasado a ser la segunda fuerza, con lo que la candidata natural a la Secretaría General del partido tendrá que rebajar los humos. En fin, es un extraño triunfo, la sensación debe ser parecida a la que se tiene cuando se alcanza la victoria después de haber dejado el terreno calcinado. Nada hay que recoger. ¿Qué va a hacer ahora? ¿Querrá Rivera reanudar sus idílicas relaciones cuando se recupere del palo que se ha llevado?

Por otro lado, los auténticos vencedores, el PP, salen legitimados con el apoyo de las urnas. Partidarios de la absolución de los pecados, siempre entienden las elecciones como una amnistía. Según su particular ideario, el pueblo, con su voto, perdona los pecados de la cofradía del hurto. Ahora toca arreglar los asuntillos con la Justicia de la manera más eficaz posible y recolocar los cargos que pueden echar un cable en los lugares estratégicos, tal y como tienen por costumbre. Si la Policía va bien y la Fiscalía va bien, la Justicia va bien.

No tienen asegurado el Gobierno, a pesar de celebrar el resultado como si de una mayoría absoluta se tratara. Cuando se les pase la resaca electoral tendrán que enfrentarse a la antipática realidad de los números que, de nuevo, no dan. Pero sin duda, su gran victoria ha sido comprobar el retorno de los hijos pródigos que les castigaron la vez anterior, pero que entienden cumplida la penitencia y regresan a la casa común de la derecha de la que salieron contra su voluntad.

Este partido tan peculiar que en cualquier país de nuestro entorno sería marginal, por la gran acumulación de delitos de corrupción acumulados y el aberrante uso que hacen de las instituciones en favor propio y contra sus rivales, ha vuelto a ganar las elecciones. Es el triunfo de la inmoralidad al servicio de una corrupción que amenaza con volverse sistémica y endémica. Ya circulan chistes en el sentido de que les han faltado un par de casos de corrupción para alcanzar la mayoría absoluta, porque su electorado entiende esta picaresca choricera como una anécdota, un pecadillo menor, una tara insignificante en comparación con la debacle que supondría el triunfo de los bolivarianos populistas que nos traerían a Maduro a festejar la victoria. Por suerte para ellos, también cuentan con los medios de comunicación y el principal partido de centro izquierda para evitar esta expansión de los extremistas, cuya escalada al poder ha quedado frenada por el voto de los llamados moderados, que nos traerán más leyes mordaza, más corrupción, más privatizaciones y más desmantelamiento de la cosa pública en beneficio de sus colegas empresarios, fuentes de riqueza infinita que manan hacia dentro, creando inmensos lagos de opulencia perfectamente embalsados y canalizados en trasvases a paraísos fiscales donde descansan los recursos de nuestros servicios públicos, contumaces fabricadores de déficit público.

El escenario es desolador y también comprobar que el mundo de las ideas no tiene cabida en este juego. Las estrategias de las marcas se imponen a las necesidades de los ciudadanos.

La amoralidad de los corruptos cala como lluvia fina en sus adeptos, defensores y votantes, que acaban siendo un reflejo de sus líderes, con todas sus consecuencias. Consecuencias que pagan los ciudadanos honrados que se niegan a arrojar sus principios en la hoguera de lo pragmático, y se ven obligados a presenciar y padecer este lamentable espectáculo del todo vale, a reconocer la decadencia del país en el que habitan, y a aprender a coexistir con aquellos que con su voto les obligan a vivir en un estercolero.

miércoles, 29 de junio de 2016

Rincón del Segura 2012

Justos por pecadores.Ains!



Los mercados celebran con subidas el pasotismo de los votantes de Izq, el PP crece en los territorios mas corruptos.

Cristina Sancho: "Mis pollos no están hechos para alimentar este sistema...

Amayuelas de Abajo, un pueblo ecológico

Qué tristura de Paíh


El coro de las voces destempladas
nos recrea
cantando a ese mal fario que permite
contemplar un pp mayoritario.
Unos dicen que no, que no se entiende
la estupidez de un pueblo apaleado
votando al capataz que lo canea
y que lo ha gobernado a zurriagazos.
Otros dicen que este ganar obsceno,
este celestinazgo amancebado
de caciques y pasta al por mayor
envuelto en organdís de impunidad,
es tan solo posible
con un estrepitoso pucherazo
de los que hacen votar
al bisabuelo que ni piensa ni habla,
o al familiar enfermo
que ya roza el estado terminal,
sin que pueda opinar
y dando por supuesto
que aunque esté recortado
y hecho trizas
con una mendicante sanidad,
y si pudiese hacerlo por sí mismo,
votaría al partido popular.

Y luego está quién canta rezongando
el misterio profético
de la videncia previa electoral,
esa virtud que sin ver el recuento,
e incluso,más,
antes de que el recuento se recuente,
asegura con estro diligente
que ha ganado el partido popular.

Se añaden los que cantan
con la rabia
de tragarse los sapos sin parar:
el ministro que cuenta
los recuentos, es un mafias
que espía y trapichea
sin gota de vergüenza
que pueda mitigar
tanta indecencia.

Después de todo el coro
jurando en arameo
llega el solista,
el toque magistral
y se despacha,
mientras se juega al mus
una partida
de tópicos y fiestas de guardar.
El hombre de casino provinciano
dormido en la costumbre caciquil
que aborrece al corrupto
y le critica, pero envidia en el fondo
ese embestir que le permite
gobernar nuevamente en el redil,
se admira ante el glamour
del ganador y le rinde homenaje
a su talante para trepar así,
a golpe de mentira y de chapuza,
a base de enlodar todo el país,
"hay que reconocer que esta gentuza
sabe lo que hay que hacer
para timar al pueblo;
sabe mover los hilos del guiñol
mejor que Maricarmen sus muñecos,
engañar al tendido
con maña de trilero,
y que el toro de Osborne
asalte y amedrente al burladero
siendo un toro de pega,
aunque con ese porte postinero
en medio del follón no lo parezca.
Con el Chevrolet viejo hace milagros
y gana en los circuitos más cañeros,
con Eccleston al mando del entuerto,
tras colocar barreras y castigos
para que los demás pierdan el coche
y no le quede ya ni un enemigo
al que abatir en singular combate
y si alguno le queda
es capaz de quemarle la cosecha
y de meter cizaña en su trigal
hasta que se le agote el capital
en quitar malas hierbas
y en apagar incendios provocados.
Admirable talento, terco empeño
y juego sucio hasta la eternidad
de un infinito
que siempre huele mal
y tan pringado, que no puede aguantar
ni el más pintado,
sin la necesidad de vomitar.
A pesar de su cátedra mugrienta
de su caspa tenaz,
de su empaque garrulo
y su pringue irredenta,
de su moral de traca
y catxirulo,
y de sus puñaladas más traperas
y hasta de su negocio criminal,
hay que reconocer que es único
en la especie y por eso, especial
a tutiplén. La esencia más esencia
de la esencia española,
el imperio del trinque y de la trola,
que nunca ha conocido la vergüenza
e ignora por completo
que exista la conciencia,
dos vocablos que no tienen sentido
en el reino voraz de tanta 'corrupciencia'.
Pero a pesar de todo,
tararea el solista saliendo del casino,
hay que reconocer la mala suerte
de que solo el pp tenga el valor
que debieran tener otros partidos."

¡Virgen del firulí,
santa Madonna!
que cosas debe oír
quien pena y sufre
la lacra peperil
que nos embiste
y ese tufo infernal
que da el azufre.
Escuchando cantares
semejantes
se entiende que el pp
tenga votantes.

Ains!







Por qué fracasó el sorpasso


Pablo Iglesias y los dirigentes de Unidos Podemos en la noche del 26J.
Pablo Iglesias y los dirigentes de Unidos Podemos en la noche del 26J.


Los datos son bastante claros. La coalición de Unidos Podemos ha perdido más de un millón de votos respecto al 20 de diciembre, uno de cada seis. Mantiene los escaños porque la ley electoral ahora no juega en contra, pero ni logra sobrepasar al PSOE ni aleja a Mariano Rajoy de La Moncloa ni tiene hoy la fuerza parlamentaria para condicionar otro tipo de Gobierno que tuvo hace unos meses. No hay otro conclusión posible: la estrategia del sorpasso ha fracasado. ¿Las causas? En mi opinión, hay que analizar al menos estas seis claves.

1. El deterioro en la imagen de Pablo Iglesias

Los méritos de Pablo Iglesias al frente de Podemos son indudables. Sin él, no existiría este partido; para perder un millón de votos antes tienes que ganarlos. Quedarse en ‘solo’ cinco millones y ‘solo’ 71 escaños no es el tipo de fracaso que nadie hubiese imaginado hace solo dos años.
Desde la nada, Iglesias ha sido capaz de liderar un nuevo partido que en sus primeras elecciones tenía su cara como logo y hoy es la tercera fuerza parlamentaria. Pero una parte importante del reciente retroceso de Podemos tiene que ver con sus errores y con su imagen actual, que está mucho más deteriorada que otras caras de su coalición: que Ada Colau, Iñigo Errejón, Mónica Oltra o el propio Alberto Garzón.
La actitud, la personalidad y el discurso de Iglesias le han pasado factura. Hace tiempo que el líder de Podemos tiene en las encuestas una mala valoración, inferior a la de sus propias siglas. Hace meses que Iglesias es uno de los líderes peor valorados, solo por encima del propio Mariano Rajoy. Ese deterioro en su imagen, incluso entre votantes de Podemos, se ha notado.
En el desgaste en la imagen de Iglesias influye ser el blanco principal de todas las críticas, ser la cabeza que se lleva todos los golpes. Pero también sus propios errores, que le han creado entre una parte importante de la sociedad –también entre una parte de sus votantes, aunque no los más forofos– una imagen de soberbia, de agresividad y de excesivo tacticismo.
En Podemos han sido conscientes de este deterioro en la valoración de Pablo Iglesias: por eso  el cartel electoral también ha utilizado las caras de los demás líderes de la coalición para transmitir una imagen coral. El intento era bueno, pero es difícil esconder a tu candidato a presidente del Gobierno.

2. Los giros

Pablo Iglesias ha viajado demasiadas veces en demasiado poco tiempo de la radicalidad a la moderación, del puño en alto a la sonrisa. La táctica del poli bueno y el poli malo está muy bien para negociar, pero necesita de dos personas y Pablo Iglesias ha interpretado ambos papeles. En el paralelismo de Podemos como el PSOE de los 80 en esta nueva transición, Iglesias ha ejercido al mismo tiempo de Felipe González, el estadista, y de Alfonso Guerra, el que daba caña en los mítines. El primer viaje sumó nuevos votantes. La posterior ida y vuelta los ha restado.
Si Podemos logró pasar en poco más de medio año del 14% de las autonómicas, del 13% que le daban las encuestas en septiembre y del desastroso 8,9% de las catalanas hasta el 20,7% de las generales de diciembre fue, en parte, gracias al primer viaje a la moderación de Pablo Iglesias en la anterior campaña electoral; gracias a su apelación a la sonrisa, "que sí se puede" y a su discurso menos agresivo.
La campaña de diciembre movió a una parte importante de ese votante urbano, históricamente socialdemócrata, de más de 40 años y situación económica menos golpeada por la crisis; ese electorado que en Madrid apoyó a Manuela Carmena como alcaldesa pero en las autonómicas votó al PSOE de Ángel Gabilondo.
Tras las elecciones, durante la negociación, llegó otra vez el Pablo Iglesias más agresivo: el de "la cal viva" en el discurso de investidura –que el propio Iglesias después admitió como un error–, o el de esa rueda de prensa donde ofrecía su apoyo a la presidencia de Pedro Sánchez al mismo tiempo que lo ridiculizaba. Esos gestos no dañaron el núcleo duro del votante de Podemos –que en gran medida comparte tanto el tono como el fondo de esas críticas–, pero sí le alejó de una parte de sus votantes de diciembre.
Iglesias, en la última campaña, volvió a la moderación y la sonrisa: a los elogios a Zapatero y a presentarse como “socialdemócrata”. Pero su credibilidad se ha resentido con tanto giro. El traje de moderación no funcionó esta vez entre ese votante de izquierda moderada que es imprescindible para cualquier candidato progresista que quiera asaltar los cielos. Al mismo tiempo, los discursos de la moderación probablemente defraudaron a otra parte de sus votantes más de izquierdas.

3. Las negociaciones frustradas

¿De quién ha sido la culpa de la repetición electoral? ¿Por qué el anterior Parlamento fue incapaz de entenderse? La pregunta ha sido letal tanto para Pablo Iglesias como para Pedro Sánchez porque el único inocente frente a sus votantes ha sido Mariano Rajoy. En la izquierda, hay reparto de culpas para todos.
Una parte importante del electorado de izquierda responsabiliza al PSOE. Había otro gobierno posible sin pasar por Ciudadanos, y así lo asumió después en campaña el propio Pedro Sánchez: “Yo hoy podría ser presidente del Gobierno si hubiera aceptado el trágala y la vicepresidencia todopoderosa de Pablo Iglesias y mi presidencia honorífica”, aseguró el candidato socialista en una entrevista en eldiario.es. En su respuesta está implícito algo: que los números del anterior Parlamento permitían esa investidura de Pedro Sánchez con el apoyo de Podemos y la abstención de los independentistas. Que no era cierta la tesis del PSOE de que el único gobierno posible era el que ofrecía Sánchez con Ciudadanos en el pacto y con Podemos de convidado de piedra.
Al tiempo, otra parte de la izquierda culpa a Podemos del fracaso de la repetición electoral y responsabiliza a este partido de revivir a Mariano Rajoy. Había gobierno posible con los independentistas pero no iba a ser el Gobierno de la izquierda: tan de derechas es Convergencia como Ciudadanos. Y tampoco está claro que Sánchez tuviese el margen de maniobra necesario en su partido para pactar una investidura así sin que una parte del PSOE se rebelase, sin que algunos diputados socialistas votasen en contra.
Además, el PSOE tenía argumentos para dudar de la voluntad real de Pablo Iglesias de llegar a un pacto porque el líder de Podemos se los daba con el tono de sus intervenciones públicas. La forma en que Iglesias ofreció el acuerdo a Sánchez no fue una mano tendida. Lo hizo escogiendo el peor momento para el PSOE: en una rueda de prensa urgente mientras Pedro Sánchez estaba reunido con el rey (una forma de obligar al líder socialista a pronunciarse de forma inmediata y a ciegas, porque tenía convocatoria con los medios prevista tras la visita a Felipe de Borbón). Y lo hizo despreciando al candidato socialista con esa “sonrisa del destino” que le iba a permitir, casi de carambola, llegar a La Moncloa.
La conclusión –como se aprecia en el resultado electoral o en cualquier conversación con amigos– es que tanto unos como otros tenían trastos que tirarse a la cabeza para responsabilizar al contrario del fracaso de la legislatura más corta de la democracia. Y que estas culpas calaron de forma transversal, tanto en el electorado de Podemos como en el del PSOE –que tampoco está para brindar, por mucho que haya derrotado a las encuestas: tiene especial mérito que tu rival más directo pierda más de un millón de votos y tú no subas–.
Todos pagaron el pato menos Mariano Rajoy, que también por eso es el que más votos ha ganado. Porque la frustración fue en la izquierda, como el reparto de las culpas.

4. El miedo

Venezuela, Brexit, Cuba, Corea del Norte o incluso la China comunista. Los argumentos del miedo han sido permanentes y al final han calado, como demuestra el aumento en votos de la derecha. También han hecho mella en una parte del votante de Podemos.
Desde la propia dirección de Podemos creen que una de las razones del voto perdido hay que buscarla ahí: en el miedo, un miedo azuzado por la posibilidad, que parecía real en las encuestas, de que Pablo Iglesias llegase a convertirse en presidente del Gobierno. Según esa interpretación de Podemos, una parte de sus votantes se asustó ante esa posibilidad. Para ese millón perdido, era más fácil votar a Podemos como voto de protesta, o como una vía para girar al PSOE hacia la izquierda, que como una alternativa real de Gobierno.
También es probable que haya influído el derecho a la autodeterminación: Unidos Podemos cae menos en las comunidades menos centralistas –especialmente Catalunya y País Vasco–y más en aquellas que son menos partidarias a un referéndum en Catalunya. En este tema, la posición de esta coalición no ha cambiado. Pero en los últimos meses, tras las elecciones, ese debate ha estado mucho más presente en la vida pública de lo que estaba hasta ahora.

5. La alianza con Izquierda Unida

¿Restó votos la coalición entre Podemos e IU en lugar de sumarlos? Es el análisis más directo pero no creo que sea el acertado. Probablemente el resultado habría sido mucho peor para ambos de haber ido en solitario; si mantienen sus escaños, en vez de caer, es gracias a esta alianza. Pero la manera en la que se desarrolló la coalición no ha sido tampoco la óptima. Además, existe una relación llamativa: en aquellas provincias donde IU era más fuerte en votos, la caída de Unidos Podemos ha sido más pronunciada, como explica Ignacio Sánchez Cuenca en Infolibre y también profundizan Ignacio Jurado y Lluis Orriols en Piedras de Papel.
El pacto arrancó con muchas cuentas pendientes entre ambos bandos. Las críticas y desprecios de hace apenas un año fueron durísimas y esas heridas no estaban cicatrizadas. Un sector de los dirigentes y los votantes de IU odiaban y siguen odiando a Podemos, y viceversa. No hay más que escuchar el simbólico discurso de despedida como coordinador general de Izquierda Unida de hace unas semanas. “Me va a costar votar en estas elecciones, pero voy a votar”, decía Cayo Lara, que no solo hablaba por su boca sino que representaba también a un sector no irrelevante de la histórica militancia de IU.
No creo, sin embargo, que la alianza con Izquierda Unida haya añadido radicalidad a la imagen de Podemos. Al contrario: en algunos casos la ha moderado. IU en Andalucía es bastante más moderado que el Podemos de Teresa Rodríguez. También tiene una imagen y un discurso más moderado el “comunista” Alberto Garzón que el “socialdemócrata” Pablo Iglesias. Y en la actual dirección de Podemos, tras el golpe interno que destronó a Sergio Pascual y arrinconó a Iñigo Errejón, quien ha ganado poder son políticos como Irene Montero o Rafael Mayoral, que vienen del PCE y fueron claves en la alianza con IU. Son ellos, y no Alberto Garzón, quienes ahora pinchan en los mítines cánticos revolucionarios de los 70 en vez de Vetusta Morla, según se quejan los errejonistas.

6. Las encuestas

La dirección de Podemos, igual que casi todos, confió en las encuestas y por eso apostó por una campaña conservadora donde lo importante era no meter la pata. Sin informacion no hay estrategia y con mala información hay una estrategia equivocada.
Fiándose de las encuestas, Podemos entró en campaña con el freno de mano puesto. Nada como creerte el ganador para jugar a empatar y acabar perdiendo. Les faltó esa épica que sí emplearon en diciembre y, viéndose sobrados, fueron más conservadores en su campaña.
La información errónea de las encuestas probablemente también influyó en los ciudadanos. Como en el principio de indeterminación de Heisenberg, la medición acabó modificando el resultado: las encuestas cambiaron el voto. Qué Unidos Podemos apareciese tan cerca del PP, y tan claramente por encima del PSOE, provocó un voto a la contra: el de amplios sectores conservadores, que no votaron a favor de Marino Rajoy y la corrupción del PP sino contra Pablo Iglesias. Y el de una parte del electorado socialista, que tampoco votó a favor de Pedro Sánchez sino en contra del sorpasso.

Las consecuencias internas

Hace unas horas, Pablo Echenique, el secretario de organización de Podemos, envió un mensaje al grupo de Telegram del Consejo Ciudadano Estatal, el órgano que aglutina a los principales dirigentes del partido. El mensaje es el siguiente:
“Ya sabéis que yo soy mucho de amor y eso, pero no me resisto a añadir algo también necesario para este momento. Ante cualquier conflicto interno, desde la Secretaría de Organización se buscará en un primer momento la solución mediada, amorosa, consensuada y de sentido común. En caso de que la vía del amor y los cuidados se demuestre inútil, se actuará de manera contundente, decidida, concreta y grave contra quienes no comprendan (hablo en general; no de este órgano) que las guerras internas nos desangran, nos queman y nos hartan. Para que crezca el amor no sólo hay que regarlo sino también extirpar las malas hierbas de las violencias enquistadas. Sé que no hará falta, pero siempre es bueno tener un plan B cuando el amor no gana.” 

La advertencia de Echenique es una demostración de cómo está el patio en Podemos. Por mucho que los más sensatos en el partido –y Echenique lo es– intenten pacificar el jardín, la guerra interna ya está larvada y probablemente acabe aflorando a final de año: tras las elecciones gallegas y vascas. Siguiendo la metáfora fundacional de Podemos, si realmente esa guerra estalla, será “los de abajo” contra “la izquierda”. O los partidarios de Íñigo Errejón contra los de Pablo Iglesias.

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Muy buen análisis, Nacho Escolar. Me parece oportuno añadir un comentario al respecto de la idea obsesiva del sorpasso instrumental para arrasar a otro partido que, (pensando en el bien común más que en las siglas)  debería ser aliado de confianza y no enemigo irreconciliable. Sobre todo si se está presumiendo de aspirar a ser los gestores de un verdadero cambio político y no a repetir la fotocopia retórica de las frustraciones añejas. Una nueva política para tiempos tan imprevisibles no puede estar basada en la debilitadora y extenuante guerra partidista de siempre, sino en el logro de un consenso que armonice las diferencias más ásperas y obsesivas y consiga unir esfuerzos para derrotar al enemigo común y verdadero: el dogma de la desigualdad, de la injusticia, de la corrupción  y la crueldad del maltrato social como signo de poder al servicio de intereses privados. El concepto de sorpasso ya es prehistoria política en "la nueva razón del mundo" (conviene leer este ensayo lucidísimo de los anticapitalistas franceses, los profesores Laval y Dardot).


De momento ni el Psoe ni la Izquierda añeja concentrada y resumida en Podemos han conseguido sorpassar su arcaica idea de Estado y tampoco  ofrecen los instrumentos necesarios para la construcción de lo que ahora necesitamos, porque en vez de comprender el nuevo rumbo antropológico del cambio se empeñan en aplicar a la nueva energía moldes y cauces que ya no sirven, aunque sí sirvieron en otro momento de la historia que no era éste.


 En cambio la base social, en la vanguardia de la experiencia directa, sí ha creado nuevos cauces, acoplados a cada problema por resolver y dispone de una creatividad no condicionada por cánones teóricos impuestos que organizan más desde la ideología que desde la necesidad práctica. Y esa necesidad práctica no divide a las personas entre credos sino que las une por problemáticas sin resolver, ya sea por justicia, por ética, por educación, sanidad, derechos, feminismo, igualdad de géneros, animalismo, ecologismo, fin de los malos tratos, economía sostenible, apoyo mutuo, pensiones, desempleo, prestaciones, no-violencia, y con una  solidaridad que no discrimina.


La ciudadanía, ya en el 15M demostró ir muy por delante de partidos, religiones, credos y dogmas que hasta hace unos años era los pilares teóricos y también ya caducados, de una sociedad enferma sin saber de qué. En el 15M se hizo la revisión y el diagnóstico y comenzó la investigación para ir dando cuerpo al tratamiento. Paso a paso, las comisiones cívicas se convirtieron en observatorios municipales, en asistencia sanitaria o asesoría legal gratuitas, en inmobiliarias gratuitas de barrio, en pequeñas asociaciones de agricultura limpia y ecológica como el FACA, en comercio justo cooperativo, en escoletas maternales alternativas de barrio con madres y padres en el paro que se turnan en los cuidados de los niños de la zona, vuelta al pequeño comercio cooperativo con redes alternativas como "La Colmena", o cine en la plaza, ahora en verano con debate y cena de bocadillo entre familias no necesariamente del mismo barrio, que es una casa con las puertas abiertas. En fin, un rollo tan distinto, tan limpio, tan directo y tan eficaz, que supera con creces la concepción todopoderosa y caciquil del "poder político" al que estamos acostumbrados.

Un ejemplo: Hace unos días un grupo de la PAH de Valencia, el mismo que fue registrado, amenazado y despojado por la policía y los seguratas del pp, de mochilas y bolsos, solo por estar en la calle manifestando las urgencias de los desahucios constantes, frente al Parque de Cabecera donde Rajoy participaba en el cierre de su campaña, sacó a la luz y a la calle la amenaza urgente de desahucio de un ciudadano ya pensionista, por una situación ilegal que no era culpa del inquilino sino de un enredo municipal desde hacía años. Y fue el lunes tras "perder" la izquierda las elecciones, cuando se convocó una asamblea en la plaza del Ayuntamiento, asamblea que  empezó con media docena de personas y acabó sumando a todo el ciudadano/a que se interesaba por preguntar y se quedaba incorporado y participando en el proceso. Se expuso el problema por parte del vecino afectado, se votaron propuestas y se decidió, por medio centenar de votantes, más o menos, que desde allí mismo, con la documentación adecuada, una comisión de vecinos entrase en el Ayuntamiento acompañando al afectado, solicitó audiencia urgente a la concejala de vivienda que los recibió sin ningún problema y el martes, al día siguiente, el alcalde Ribó convocó una reunión con afectados y gestores del asunto en cuestión. El problema quedó claro y resuelto. El equipo gestor municipal es el tripartito, Compromís, Psoe, València en Comú. ¿Qué quiere decir esto? Pues que por muy de izquierdas y estupendo que sea un ayuntamiento o un gobierno, sin una ciudadanía comprometida sectorialmente y sensibilizada por la ética, la igualdad y la justicia, las instituciones se reducen a meras oficinas del vacío, y ese vacío lo llenan la inercia, la ineficacia y la corrupción que se deriva de ellas. También hay que añadir que esto no habría sido tan fácil si los votos de los valencianos/as hubiesen elegido una alcaldesa como Rita Barberá. Y eso es el ejercicio del poder soberano de los pueblos: salir del concepto masa-rebaño para reconocerse como ciudadanía poseedora de inteligencia colectiva. Y eso no es populismo, es democracia que no excluye a nadie que no desee eutoexcluirse.

La riqueza que nos ha aportado el 15M es fundamental para canalizar adecuadamente la energía política. La solución que necesitamos no es ideológica tal y como nos la venden los partidos clásicos, es sectorial y ciudadana; un trabajo de base que exige y construye unas portavocías elegidas no por los miembros de un aparato de partido, sino por asambleas municipales y barriales, que enviarán a los portavoces elegidos a los debates centrales de una red federal. Es otro concepto de Estado que ya ha empezado a funcionar desde la base social, pero que no ha cristalizado aún en un instrumento concreto institucional, está repartido en colectivos como Mareas, ILPs, Plataformas y propuestas puntuales que pueden ponerse en marcha según las necesidades de un momento o problema determinado. Algunos partidos con sensibilidad social como IU/UP, Compromís, la CUP y los nacionalistas "rompe-españas", como Bildu,  BNGA o ERC, ya comienzan a practicar esta nueva comprensión de la eficacia ética, -por el conocimiento práctico que da lo próximo-, del municipalismo y la territorialidad, una visión descentralizadora del poder, plural, diversa y a la vez solidaria, de apoyo mutuo y cooperación.
De ahí sí se puede construir un nuevo modelo  de Estado plural  federado, de acuerdo con la historia que nos toca vivir, no diseñado por nuestros tatarabuelos que vivieron circunstancias  acopladas a moldes culturales y políticos o religiosos, impensables ya para nosotros a día de hoy.

 Así funcionan Alemania, Suiza o los EEUU, y no son precisamente modelos de inestabilidad "rompepatrias", todo lo contrario, funcionan entre ellos mucho mejor que nosotros. Las cosas grandes, paradójicamente, no se solucionan nunca desde el vértice, sino desde una sana, empoderada, respetada y bien tratada estabilidad de la base.
Un iceberg, por ejemplo, no es poderoso por lo que asoma en la superficie del agua sino por el volumen de materia que no se ve a simple vista. Lo mismo pasa con los volcanes: su poder es la lava que solo se ve en las erupciones, y sin ella el volcán está muerto. Pues pasemos la analogía al poder ejecutivo que tendrían la punta del iceberg o el cráter del volcán, si no formasen parte de la misma fuerza que los mantiene y se empeñasen en maltratarla hasta hacerla desaparecer bajo una hipotética fuerza, que sin la energía fundamental que pretenden aniquilar, paralizar y silenciar, no son nada. El vértice debe ser la sustancia de la misma base con visión más amplia, simplemente porque al estar designado para gestionar lo común en asuntos en donde no caben millones de personas, ese vértice debe ser simplemente la voz colectiva, el cráter o el blaffle que dispone de más tiempo liberado para ejercer el mismo servicio en que coopera cuando no está en el vértice sino en la base.

El problema es que la concepción fósil y la estructura funcional de partido político que se mantiene aún no coinciden con la realidad sociopolítica que vivimos. Cuestión ecológica: flexible e inteligente adaptación al medio. Y en ese sentido es evidente que todo está por hacer. Si no fuese así el pp sería una reliquia histórica en los archivos del ministerio del olvido y las CUPs serían mayoría absoluta.

La carencia de soluciones ciudadanas respetadas y llevadas al Parlamento y al Senado, con responsabilidad y compromiso social de la política, es el vacío que mientras no se consiga un poder reconocido para los ciudadanos y ciudadanas, llena el pp o llenará cualquier otra formación rígida y manipuladora que solo quiera votos de los que han perdido el norte o no lo han encontrado aún, porque no hay un espacio creado en las instituciones para que la ciudadanía se haga oír, pueda preguntar y recibir respuestas directas en comisiones parlamentarias y asociaciones cívicas encargadas de llevar al Parlamento directamente la realidad de la calle. Eso no quita que el régimen de  partidos tradicionales siga existiendo para los ciudadanos que aún los consideren necesarios. No toda la ciudadanía está en el mismo grado de evolución. Y es justo que el espectro de un Parlamento  democrático lo refleje. Y que el biparty, propio del siglo XIX deje de ser el único recurso excluyente que permita la gobernabilidad de un país, cuya complejidad multinacional y multicultural es incapaz de coordinar sin pisotear derechos y economías, culturas y leguas.

Hay que sumar 176


El Brexit decantó a los indecisos a favor de la reconocible estabilidad del bipartidismo. La nueva política se desinfla víctima de sus contradicciones y de un envejecimiento prematuro directamente imputable tanto Podemos como Ciudadanos. No ganó el miedo, ganó la capacidad de Mariano Rajoy para entender qué le importa realmente a sus votantes. Se impuso lo malo conocido que ofrecía el Partido Popular frente a la falta de alternativa de una izquierda que se pasó peleando por ser segunda toda la campaña, que lo primero que hizo la misma noche electoral fue seguir peleándose y que ahora mismo, a esta hora, aún continúa peleándose.
Venía el sorpasso pero llegó la sorpressa. El PSOE ya resulta muy cansino en su continua culpabilización de Pablo Iglesias. Resulta pasmosa la lectura que llega desde Podemos, atribuyendo su derrota a la movilización de los viejos a quienes no les importa la corrupción ¿Y qué pasa con el millón y pico de votantes de izquierda que no comparecieron? La corrupción ya fue castigada en diciembre, las fuerzas del cambio tuvieron su oportunidad de gobernar y la desaprovecharon; es su problema, no de los votantes del PP ni de ningún otro partido.
Dicho todo esto conviene recordar algo que todo el mundo parece preferir olvidar. Acabamos de elegir un Parlamento, no un presidente. Nuestro sistema es parlamentario, no presidencial. El Congreso elige al presidente. Tiene que gobernar y debe gobernar quien suma 176 diputados. Si no se suman esos diputados no hay derecho alguno a gobernar. La facilidad con la que tantos se han entregado a la hipótesis de que se debe dejar gobernar a Rajoy resulta tan llamativa como su súbito descubrimiento de su condición de estratega.
Rajoy lo tiene más fácil, pero no es el único que puede sumar los 176 diputados. Las fuerzas del cambio también suman y harían mal en desechar esa opción dejándose impresionar por la enorme presión política, económica y mediática que rema a favor de Rajoy. El sentido de Estado es una cosa, el suicidio político otra muy diferente.
Albert Rivera es el candidato perfecto para humillarse y pagar la enorme factura de explicarle a sus votantes que les prometió que no votaría a Rajoy pero tiene que hacerlo por el bien de España. Querer repartir la culpa con los socialistas no le va a salvar. Le vendría más que bien abrir una alternativa a la inevitabilidad del marianismo. Pablo Iglesias no debería mantener su veto porque demostraría que prefiere un gobierno del PP a un ejecutivo donde no lleve la iniciativa. Pedro Sánchez debería recordar que la mejor defensa siempre es un ataque. Ofrecer una alternativa a la opinión pública y a los más diez millones de votos que suma la izquierda, o a los trece millones y medio de votos que suman las fuerzas del cambio, sería la mejor manera de protegerse de los amigos, los enemigos y los compañeros de partido.
Mariano Rajoy no va a hacer mucho para ganar su investidura, salvo un par de llamadas y ofrecimientos vacíos. No le hace falta. La presión ambiental juega complemente a su favor. Sólo ha de esperar a ver quién cede primero bajo la enorme presión a su favor, si Rivera o Sánchez. No va a darles ni un vaso de agua, especialmente al líder de Ciudadanos. Hacerle el trabajo parece bastante estúpido.