miércoles, 8 de enero de 2014

Y la factura de las reparaciones ¿quién la pagará, Fabrinis?

Valencia retirará el revestimento cerámico del Palau de les Arts

Ferran Bono Valencia 
La Generalitat cree que la solución para evitar desprendimientos es desmontar los 8.000 m2 de mosaico que recubren el Palau.

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¿Ya se sabe quién va a pagar el remiendo a la chapuza de Calatrava? ¿No sería lo más lógico que fuese el propio Calatrava quien debería pagar con su dinero el desastre, la falta de calidad de los materiales y la falta de pericia de la empresa constructora bajo su regiduría, que él no supervisó ni controló o si lo hizo es que le daba igual o no tenía ni idea de lo que se estaba haciendo con un proyecto suyo? Los arquitectos tienen la obligación de controlar el uso de materiales, la calidad y la seguridad de la construcción y hasta pagan un seguro obligatorio en el Colegio de Arquitectos para estas ocasiones. Un gobierno o un ayuntamiento, que se supone son los representantes gestores de los ciudadanos tienen la responsabilidad política y ética de velar por los intereses de sus representados y no por el bolsillo del arquitecto.

Por cierto que mosquea cosa mala esa rapidez y eficacia repentinas en arreglar la cúpula del Palau de Les Arts, que al fin y al cabo es un espacio que se puede cerrar al público si no hay dinero para arreglarlo sin que por ello se hunda el mundo sobre el trencadís calatravense, ya que según Fabra no hay presupuesto para arreglar los barracones escolares de Alacuás, por ejemplo, ni lo hay para atender enfermos crónicos o necesitados de operaciones urgentes ni para sostener Canal Nou.

 Éstas sí que son prioridades



Centenares de discapacitados y sus familias han recurrido hoy en Valencia en una sede de Bienestar Social el copago de centros. / JOSÉ JORDÁN

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Pero resulta que sí hay dinero para reparar el revestimiento porcelanoso de la cubierta del engendro, de ese medio huevo deforme y en perpetuo autorremodelado bajo presiones meteorológicas, -¡como las dunas o el oleaje!-, inhóspito, hortera como él solo y feo con avaricia, atendido por unos acomodadores disfrazados de Conde Drácula, que además tiene la particularidad de que en su sala principal tiembla hasta el misterio en los palcos al aire, que deben ser, como mínimo, de pladur y aguaplast. Es una experiencia única, más propia de un parque de atracciones que de un Teatro de  Ópera asistir, por ejemplo, a la representación de La Flauta Mágica o Rigoletto  mientras la silla y el palco de plástico donde te encuentras tiemblan como un flan o un preparado de gelatina en cuanto se mueve cualquier espectador del palco de al lado. Me pregunto si es un efecto previsto por el arquitecto como un aliciente más para emocionar a los asistentes y ponerlos en trance de un ataque de pánico o simplemente la consecuencia de la desidia chapucera o del pasotismo meninfot del señor Calatrava. Lo cierto es que da muy mal rollo estar suspendidos en el vacío sobre quienes recorren los pasillos laterales por debajo de ti, buscando sus asientos, mientras la estructura tiembla de lo lindo con las pisadas de los espectadores que van ocupando los demás palcos y asientos en las filas traseras de cada nivel. Sería muy interesante que los usuarios habituales y abonados del Palau de la Opera de Valencia y sus gestores pidiesen una revisión de ese "efecto flan-gelatina"  a cargo de otro/os arquitectos más fiables, antes de que cualquier día lo de la cúpula se repita en la sala destinada a la ópera, la más "original" y cutre del conjunto, con un resultado mucho menos jocoso y chirigotero que el que ahora nos ocupa.

¡Qué atroz sospecha acosa el ánimo y encocora la imaginación! ¿A qué se deberá  tanto celo y tanta prontitud arreglista? ¿A qué empresa estarán pensando encargar el "apañito"? Con los antecedentes que hay no es posible pensar otra cosa en este reino de taifa charcutera, que cada día nos sorprende con otra de las suyas. Una quisiera ser crédula cual católico militante y adicto a las apariciones plas-marianas. Pero no es posible pedir peras al olmo. Seguro que hay gato encerrado. El pp no mueve un dedo si la cosa no está sobre-cogida a base de bien. Capaces son de tener un pacto  con el mismo diablo disfrazado de Calatrava para que el ojo pijilante del parque del Tùria se descascarille, se le corra el rimmel, el  eyeliner se le destiña lagrimal abajo y atasque los camerinos del coro, deje caer alguna pestaña sobre el escenario y perfore un boquete en la tarima, así San Chanchullano Especulador y Mangui hará el milagro: que los valencianos re-re-paguen el bodrio, como si fuese Ibuprofeno o Paracetamol para pensionistas haciendo campaña contra la hipocondría para espantar malestares y desgastes de la edad a falta de medicinas.

Este pp es una fuente de inspiración calenturienta. Deforme y alucinógena, como el propio método contranatura ppero. Con ese pparadigma de lucidez y shentido común en el puente de mando del Titanic valenciano el más estrepitoso de los desenlaces está asegurado. Ni Wagner ni Verdi, que son los más épicos talentos de la ópera universal, se hubiesen podido imaginar semejante libreto written in the wind, bueno también in the water e in an excessive heat, como es esa química irresistible entre las obras Calatravianas y la meteorología . Les faltaba a esos genios la experiencia de lo bufonesco y del bodevil incompatible con su buen gusto. Y algo más, imposible para ellos: ser cutres y garrulos hasta el desbordamiento, berlanguianamente histriónicos, hasta convertir en patético ninot y argumento fallero la cultura, la inteligencia, la política, la honestidad y la ética. Pedazo de récord. Ché!


P.D
Tal que si los dioses hubiesen leído mi comentario y visto mi desolación, acabo de encontrar respuesta a mi queja y a algunas de mis hipótesis. Aunque ya veremos de qué bolsillos salen nada menos que  3 millones de euros...y en qué bolsillos acabarán aterrizando.

Retirar el ‘trencadís’ del Palau de les Arts costará tres millones de euros

Ferran Bono Valencia 
El 60% de los 8.000 metros cuadrados de mosaico cerámico de la fachada están desprendidos de la bóveda de acero. La ópera se reanudará en febrero tras las obras de emergencia

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