sábado, 15 de septiembre de 2012

PRECISEMOS, POR FAVOR




La princesa Letizia y las infantas. / CRISTINA GARCÍA RODERO

Una princesa rebelde

Una de las sorpresas ha sido la evolución de la Princesa en términos de moda. Parecía sobria y es atrevida

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Lo acabo de leer en El País. Y no sé cómo interpretarlo, si en clave Terelu o en clave irónica. Doña Letizia, una princesa rebelde. Bueno, bueno...O bien no se refieren a la Doña Letizia vigente o no han leído la definición del término "rebelde" en algún diccionario de uso común: "Dícese del individuo que se insubordina y se niega a obedecer a una autoridad oponiendo resistencia a usos, costumbres, tradiciones, leyes y ordenanzas que la sociedad considera consuetudinarias y el Estado promulga. Dícese también de personas o animales difíciles de educar y domesticar."
En fin, que si la Doña Letizia que hemos visto transformarse de año en año en otra mucho menos natural, Barbie fashion impecable y mucho más estirada, tiesa y  artificial, se puede considerar rebelde en algo, sería interesante averiguar en qué.
¿Será porque quizás ha decidido vestirse por un modisto que a la Casa Real le cae gordo, ir a peluquerías de barrio a hacerse las mechas o que le reforme el body un cirujano de la Seguridad Social esperando un par de años en la cola de futuros operables hasta que le toque el turno y poder remodelarse el chasis con ajuste, repago y recortes adecuados como cualquier asistenta de Vallecas se apunta a las liposucciones y a las rinoplastias que tanto le preocupan cada mañana, cuando debe levantarse a las cinco para llegar al trabajo a las siete y media y regresar a su casa a las hora de la cena después de hacerse casi dos jornadas laborales diseñadas por los Bidelberg y ganar al mes la miseria de 600 euros? Ay, Señor, qué prensa "libre"...e imparcial...Qué aires orwellianos se respiran en esta Ehpaña que mientras sale a la calle a decir que está hasta el moño de las rebeldías principescas y reales le cuelan por la puerta falsa un marron glacé de tal categoría en el titular de al lado. 

Si doña Letizia fuera rebelde de verdad, para empezar, no se habría casado jamás con un Príncipe de Asturias ni atada al poste del suplicio. O si tal vez después de matrimoniarse en una inopia de novela rosa, las circunstancias vergonzosas y abusivas, los Urdangarines sinónimo de lucro, las escapatorias reales y las cornamentas solemnes en Botswana, o el 0'9 del PIB que debería ser para los ciudadanos más necesitados y no para costear sus vacaciones, viajes, comilonas, modelitos y tacones-andamio, la hubiesen conseguido despertar y hacerla comprender a donde pueden llevar los cuentos de príncipes y cenicientas, quizás le habría dado al real marido un ultimatum:  "o te despiertas y te vienes conmigo al mundo de verdad, o me voy sin ti, mon petit prince. Porque saber que las carrozas que nos transportan son calabazas malísimamente pagadas a los agricultores, que los caballos son ratones estresados y engordados con hormonas, que el cochero es un inmigrante rumano al que le deben seis meses de sueldo recortado bajo amenaza de devolverlo a Bucarest en ropa interior si se le ocurre contarlo por ahí, que al hada madrina la han mandado al paro y le han quitado el subsidio y la tarjeta sanitaria,  y que los zapatitos de cristal de marras se han adquirido en la subasta de una fábrica de Novelda deshauciada por Bankia después de abrir un ERE y dejar a todos los empleados en la calle, la verdad, qué quieres que te diga, me he rebelado sin poder evitarlo, mon amour. No aguanto ni una más. ¡Por estas! O el Bilderberg o yo. Elige, Felipe. Tienes 24 horas para pensártelo. Me vuelvo a las minas de Mieres, a mis sanas raíces plebeyas y mucho más bellas, a llevar tortilla de patatas a los mineros y a ocuparme de hacer crónicas periodísticas a favor de los que sufren. Ya vale de tonterías. Por algo me hice periodista y trabajé en ello hasta que te conocí y me puse la venda para no ver lo que hay, para ser feliz en un mundo desastroso por causa de felicidades como la nuestra. Aberrantes e i-reales. Arrivederci, bonito!
Post data: Espero tu respuesta para salir de esta pesadilla dinástica contigo o sin ti. Si el amor mata la conciencia no es amor, sino indecencia. Me piro. Fijo."

Ojalá sucediese ese verdadero cuento de hadas buenas y princesas lúcidas, aterrizadas justas. Rebeldes de verdad y no de diseño. Pero va a ser que no. Que el look postizo abduce lo suyo. Que las transacciones VIP tiran cosa mala.
Así que de momento la claque principesca tendrá que volver a dar un repaso a la princesa y a consultar el diccionaro de la Lengua Española y su definición del término "rebelde". Simplemente por hablar y escribir con propiedad. Ni más y ni menos.

¡¡TERCERA REPÚBLICA DEMOCRÁTICA ESPAÑOLA, YA!!




Y ahora, como contraste entre fantasía y realidad, hé aquí a los rebeldes con causa. Con muchas causas verdaderas: el 15-S toma Madrid y lo colorea según el atraco sufrido y se lo come crudo. Que disfrutéis el ingenio y la humanidad de un cabreo como Dios manda. De una rebeldía justa, creativa, noviolenta, cívica, democrática y necesaria.




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